viernes, 22 de marzo de 2013

Perla, pluma y flor.

Cuando éramos pequeñas, mi hermana Lola y yo recitábamos una poesía (que ya no recuerdo entera), que decía así:

"Margarita te voy a contar un cuento: Esto era un rey que tenia un palacio de diamantes........"

y Terminaba: " ...en que lucen con la estrella, verso, perla, pluma y flor."

Este tocado está inspirado en aquella poesía de niñas, y dedicado a Lola.











¡Felicidades Lola!


5 comentarios:

  1. Mi madre también me la recitaba cuando era pequeña. Se llama " A Margarita Debayle" y es del gran poeta Rubén Darío!!
    Por cierte este tocado, un acierto!!!
    B.D.

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    1. Muchas gracias por la informacion. y me alegro que te guste

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    2. Me encanta!!!! cada día vas creciendo como diseñadora!!! ánimo!!!

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  2. POEMA DE RUBÉN DARIO


    Margarita está linda la mar,
    y el viento,
    lleva esencia sutil de azahar;
    yo siento
    en el alma una alondra cantar;
    tu acento:
    Margarita, te voy a contar
    un cuento:

    Esto era un rey que tenía
    un palacio de diamantes,
    una tienda hecha de día
    y un rebaño de elefantes,
    un kiosko de malaquita,
    un gran manto de tisú,
    y una gentil princesita,
    tan bonita,
    Margarita,
    tan bonita, como tú.

    Una tarde, la princesa
    vio una estrella aparecer;
    la princesa era traviesa
    y la quiso ir a coger.

    La quería para hacerla
    decorar un prendedor,
    con un verso y una perla
    y una pluma y una flor.

    Las princesas primorosas
    se parecen mucho a ti:
    cortan lirios, cortan rosas,
    cortan astros. Son así.

    Pues se fue la niña bella,
    bajo el cielo y sobre el mar,
    a cortar la blanca estrella
    que la hacía suspirar.

    Y siguió camino arriba,
    por la luna y más allá;
    más lo malo es que ella iba
    sin permiso de papá.

    Cuando estuvo ya de vuelta
    de los parques del Señor,
    se miraba toda envuelta
    en un dulce resplandor.

    Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
    te he buscado y no te hallé;
    y ¿qué tienes en el pecho
    que encendido se te ve?».

    La princesa no mentía.
    Y así, dijo la verdad:
    «Fui a cortar la estrella mía
    a la azul inmensidad».

    Y el rey clama: «¿No te he dicho
    que el azul no hay que cortar?.
    ¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
    El Señor se va a enojar».

    Y ella dice: «No hubo intento;
    yo me fui no sé por qué.
    Por las olas por el viento
    fui a la estrella y la corté».

    Y el papá dice enojado:
    «Un castigo has de tener:
    vuelve al cielo y lo robado
    vas ahora a devolver».

    La princesa se entristece
    por su dulce flor de luz,
    cuando entonces aparece
    sonriendo el Buen Jesús.

    Y así dice: «En mis campiñas
    esa rosa le ofrecí;
    son mis flores de las niñas
    que al soñar piensan en mí».

    Viste el rey pompas brillantes,
    y luego hace desfilar
    cuatrocientos elefantes
    a la orilla de la mar.

    La princesita está bella,
    pues ya tiene el prendedor
    en que lucen, con la estrella,
    verso, perla, pluma y flor.

    * * *

    Margarita, está linda la mar,
    y el viento
    lleva esencia sutil de azahar:
    tu aliento.

    Ya que lejos de mí vas a estar,
    guarda, niña, un gentil pensamiento
    al que un día te quiso contar
    un cuento.

    R.N.

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